¡Ah, cacao! Ingrediente principal del chocolate, producto que se encuentra fácilmente en cualquier supermercado del mundo, pilar de la industria alimentaria moderna… ¿De verdad crees que sabes todo sobre este pequeño frijol? Provenientes de una larga historia tradicional, muchas veces pensamos que lo sabemos todo sobre este dulce… ¡equivocadamente! ¡Permítanos presentarle 6 datos nuevos sobre el chocolate!
¿Cuáles son los mayores países productores de cacao en la actualidad?
Aunque el cacao se descubrió en América del Sur, ¡los mayores productores se encuentran principalmente en África Occidental! Costa de Marfil, primer productor, representa por sí sola entre el 30 y el 40% de la producción mundial de cacao. Este país africano disfruta de unas condiciones climáticas ideales para el cultivo del cacao, lo que obviamente lo convierte en un actor clave en el mercado internacional. Justo después de Costa de Marfil, Ghana destaca como el segundo productor de cacao del mundo. Juntos, estos dos países representan una parte importante de la producción a nivel mundial. Debido a su dominio en la producción de cacao, Costa de Marfil y Ghana son esenciales para las cadenas de suministro de las principales marcas de chocolate.
Además de África Occidental, otros países de América Latina y Asia también producen cacao, aunque en menores cantidades. Brasil y Ecuador, por ejemplo, se encuentran entre los mayores productores de América Latina, reconocidos por la calidad de su cacao, particularmente el cacao tipo «Arriba». Otros países como Perú también son productores destacados, ofreciendo variedades específicas que son apreciadas en los mercados internacionales. Del lado asiático, Indonesia se encuentra entre los países productores de cacao, con una producción creciente en los últimos años, contribuyendo así a la diversidad de la oferta mundial. La diversidad de orígenes del cacao enriquece el mercado y permite a los productores explorar prácticas agrícolas variadas y sostenibles para enfrentar los desafíos del sector.
¿Y Costa Rica en todo esto?
Costa Rica, un productor mucho más pequeño, todavía desempeña un papel interesante en la producción de granos de cacao. Este país centroamericano se centra en la producción de cacao de alta calidad, apreciado por su perfil distintivo de sabor y aroma. A través de prácticas agrícolas sustentables y un compromiso con la conservación del medio ambiente, Costa Rica ha logrado posicionar su cacao como un producto de nicho a nivel internacional, atrayendo la atención de chocolateros artesanales y consumidores preocupados por la conservación de la calidad. Además, el gobierno y las organizaciones locales apoyan a los productores a través de programas de capacitación y acceso a mercados, promoviendo así la sostenibilidad y la innovación en el sector. Por lo tanto, Costa Rica es un ejemplo inspirador de cómo las iniciativas específicas pueden enriquecer la industria del cacao y al mismo tiempo apoyar a las comunidades agrícolas locales.
¿Qué países, por el contrario, son los mayores consumidores de chocolate?
Del otro lado de la valla están los países importadores de cacao. También desempeñan un papel clave en el comercio mundial ya que abastecen los mercados del chocolate y productos derivados. No sorprende que, como ocurre con muchas materias primas alimentarias, encontremos una dualidad entre los países del Sur, que producen el material, y los países del Norte que lo consumen. Por lo tanto, esta vez hay que tener en cuenta a Europa, América del Norte y Australia.
Entre los mayores consumidores de chocolate del mundo, Francia, Suiza, Alemania y Bélgica destacan como principales destinos del cacao. Bélgica, por ejemplo, es famosa por su fabricación artesanal de chocolate, de renombre mundial, mientras que Alemania y Suiza se encuentran entre los primeros países en términos de volumen de chocolate consumido. Estas naciones importan cantidades significativas de granos de cacao, principalmente de Costa de Marfil y Ghana, que en conjunto representan alrededor del 60% de la producción mundial, como hemos visto anteriormente.
Otros países occidentales, como Estados Unidos y el Reino Unido, también son importantes importadores y utilizan el cacao para producir una amplia gama de productos de chocolate, desde barras de chocolate hasta dulces y pasteles. Además, los Países Bajos también son actores destacados en el sector del cacao, y a menudo sirven como centro de procesamiento antes de la distribución a otros mercados europeos.
El consumo mundial de cacao aumenta constantemente y las tendencias muestran una preferencia creciente por el chocolate negro, percibido como más saludable, y por el chocolate orgánico y de comercio justo. Este último punto alienta a los países importadores a obtener cacao de alta calidad y, al mismo tiempo, enfatiza las prácticas sostenibles. La industria del chocolate suiza también ha sido pionera en la adopción de prácticas éticas y sostenibles. Muchas marcas se comprometen a obtener su cacao de fuentes sostenibles y a participar en iniciativas como Fair Trade y Rainforest Alliance. Esto refleja una creciente conciencia sobre la sostenibilidad y la ética en la cadena de suministro del cacao, valores cada vez más valorados por los consumidores.
El cacao no siempre ha sido sólo un alimento
¡El cacao ha jugado un papel mucho más significativo en la historia de América Latina que el de un alimento! No sólo fue apreciado por sus propiedades nutricionales y su sabor, sino que también ocupó un lugar importante en el ámbito económico y religioso de varias civilizaciones precolombinas, en particular entre los aztecas y los mayas.
En primer lugar, antes de la llegada de los europeos, los pueblos mesoamericanos utilizaban los granos de cacao como moneda. Se intercambiaban para obtener bienes y servicios y su valor era ampliamente reconocido. Por ejemplo, en la sociedad azteca se podían comprar alimentos o pagar servicios con cacao, teniendo cada grano un valor económico específico. Los propios españoles adoptaron esta práctica después de su conquista, utilizándola en particular para pagar a los trabajadores nativos. Un ejemplo llamativo es que una jornada de trabajo se podía pagar con 25 granos de cacao en algunos lugares como Acatlán. Este sistema monetario continuó utilizándose hasta el siglo XIX en algunas partes de Centroamérica. Ya cubrimos este tema en un artículo anterior, ¡no dudes en echarle un vistazo! 😉
Además, el cacao también tenía una fuerte dimensión espiritual y religiosa. Los pueblos indígenas, como los mayas y los aztecas, consideraban el cacao un regalo divino. Según la mitología azteca, el dios Quetzalcóatl trajo las semillas del cacao del paraíso para ofrecérselas a la humanidad. Los mayas utilizaban el cacao en ceremonias religiosas, incluidos rituales funerarios y ofrendas a los dioses. La bebida de chocolate, amarga y espumosa, estaba reservada para la élite, como nobles y sacerdotes, y desempeñaba un papel en los rituales, simbolizando a veces la sangre de las víctimas de los sacrificios.
Aparte de su uso económico y religioso, el cacao era visto como un símbolo de poder y prestigio. Los aztecas y mayas lo asociaban con la vitalidad y la salud. Su consumo en forma líquida era un privilegio reservado a la clase dirigente y a los guerreros, reforzando así su importancia social.
Del grano de cacao al chocolate…
La transformación de los granos de cacao en tabletas de chocolate se realiza en varias etapas para obtener la textura y el sabor que conocemos. La primera fase consiste en cosechar y fermentar los granos. Después de recolectar las mazorcas de cacao, es decir, recolectar el fruto grande del árbol del cacao, que produce entre 30 y 50 granos, estos últimos se extraen y fermentan durante varios días. Esta fermentación es fundamental para desarrollar los aromas del cacao y eliminar parte del amargor natural. Una vez fermentados, los granos se secan al sol durante aproximadamente una semana.
El segundo paso es tostar y moler. Los frijoles secos se tuestan para intensificar su sabor. Este tueste puede variar según el perfil de sabor deseado. Luego se muelen los granos hasta obtener una pasta llamada “licor de cacao”. Esta pasta contiene manteca de cacao y sólidos de cacao. En este punto, es posible separar la manteca de cacao de los sólidos si es necesario para productos específicos, como el chocolate blanco, que utiliza sólo mantequilla.
Finalmente, el licor de cacao pasa por el proceso de conchado y templado para crear las barras. El conchado implica mezclar y refinar el licor de cacao durante varias horas, a veces días, para mejorar su textura y reducir la acidez. Después de esta etapa, el chocolate se atempera: se calienta, se enfría y luego se recalienta precisamente para estabilizar los cristales de manteca de cacao. Esto permite obtener un chocolate suave, brillante y que se derrite bien. Una vez completado este paso, el chocolate se moldea en barras y se enfría antes de ser envasado y comercializado.
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Cacao: entre cuestiones sociales y realidades económicas
La cuestión del empleo
La industria del chocolate representa una fuente crucial de empleo para muchas comunidades rurales de África y América Latina. Sin embargo, la calidad de estos empleos suscita grandes preocupaciones. Muchos trabajadores del cacao, ya sean productores o empleados de las plantaciones, viven en condiciones precarias, con salarios a menudo por debajo del umbral de pobreza. El trabajo infantil también es una realidad preocupante, particularmente en África occidental, donde muchos niños se ven obligados a trabajar en los campos de cacao en lugar de ir a la escuela. Para mejorar la situación, es esencial que las empresas chocolateras implementen prácticas de abastecimiento éticas, garantizando salarios justos y condiciones laborales decentes. Además, el desarrollo de iniciativas locales para crear empleos sostenibles podría contribuir a mejorar las condiciones de vida de las poblaciones rurales.
La cuestión de la agricultura.
La agricultura del cacao enfrenta muchos desafíos, incluidos los impactos del cambio climático, la deforestación y las prácticas agrícolas insostenibles. En África y América Latina, los pequeños agricultores, que representan la mayoría de los productores de cacao, suelen estar en la primera línea de los impactos ambientales, aunque son vulnerables a las fluctuaciones de los precios de mercado. Para garantizar la sostenibilidad de este cultivo esencial, es imperativo promover prácticas agrícolas sostenibles, como la agrosilvicultura, que no sólo preservan el medio ambiente, sino que también mejoran la resiliencia de las granjas a los peligros climáticos. Además, el acceso a capacitación y recursos para los agricultores puede desempeñar un papel clave en la mejora del rendimiento y la calidad del cacao, lo cual es crucial para la competitividad en el mercado global.
La mujer en la sociedad
En las regiones productoras de cacao de África y América Latina, el lugar de las mujeres en la sociedad suele estar marginado, a pesar de su papel esencial en la cadena de valor del cacao. Las mujeres suelen ser responsables del cultivo y la cosecha del cacao, pero generalmente carecen de acceso a los recursos, la capacitación y las oportunidades de desarrollo que les permitirían maximizar su potencial. Con frecuencia se infravalora su participación y tienen poco poder de decisión, incluso en asuntos que les conciernen directamente. Fomentar el empoderamiento de las mujeres a través de programas de capacitación y acceso a financiamiento podría transformar no sólo su situación personal, sino también la de sus comunidades. La igualdad de género en el sector del cacao también podría mejorar la productividad y la sostenibilidad de las explotaciones agrícolas. ¡Cubrimos este tema con más detalle en nuestro artículo sobre ACOMUITA, si estás interesado! 😄
En general, el negocio del cacao y el chocolate está profundamente arraigado en complejos problemas sociales que afectan a las poblaciones locales en África y América Latina. Mejorar las condiciones de vida de los productores de cacao requiere un enfoque holístico, que tenga en cuenta el empoderamiento de las mujeres, la creación de empleos decentes y la promoción de prácticas agrícolas sostenibles. Un compromiso sincero de las empresas y los gobiernos con la responsabilidad social y ambiental puede contribuir a un futuro más equitativo y sostenible para todas las partes interesadas.
El cacao como factor de desarrollo
Iniciativa de Comercio Justo
El movimiento de comercio justo, representado por organizaciones como Fairtrade International, ha establecido estándares que garantizan a los productores de cacao un precio mínimo por sus productos. Estos estándares también incluyen bonificaciones para proyectos comunitarios, lo que permite a los agricultores invertir en educación, salud e infraestructura. Por ejemplo, los productores de cacao en Ghana y Costa de Marfil se han beneficiado de estas iniciativas, cuyo objetivo es mejorar sus condiciones de vida.
Proyectos de certificación Rainforest Alliance
La certificación Rainforest Alliance fomenta prácticas sostenibles de cultivo de cacao, promoviendo la biodiversidad y la protección de los bosques. Los agricultores certificados se benefician de capacitación sobre prácticas agrícolas sostenibles y acceso a mercados premium. Países como Colombia y Perú han visto iniciativas bajo esta certificación que ayudan a los productores a mejorar la calidad de su cacao mientras protegen el medio ambiente.
Programa de apoyo al gobierno de Ghana
El gobierno de Ghana cuenta con varias iniciativas para apoyar a los productores de cacao, incluida la Junta del Cacao, que ayuda a regular la producción y fijar precios estables. También se ofrecen programas de capacitación para mejorar las técnicas agrícolas y la productividad. En 2020, el gobierno lanzó un programa de remuneración para los agricultores que adopten prácticas sostenibles, destinado a fortalecer la resiliencia de las granjas al cambio climático.
Proyectos de microfinanciación
Organizaciones como Root Capital y Kiva brindan préstamos y recursos financieros a cooperativas de cacao en África y América Latina. Estos proyectos de microfinanciamiento permiten a los agricultores acceder a capital para invertir en su producción, comprar equipos y mejorar su infraestructura. Por ejemplo, las cooperativas en Perú han utilizado estos préstamos para mejorar su capacidad de producción y acceder a los mercados internacionales.
Coalición Cacao Sostenible
La “Cocoa Sustainability Partnership” reúne a actores públicos y privados para promover prácticas sostenibles en la producción de cacao. Esta coalición, que incluye a importantes marcas de chocolate, apuesta por invertir en proyectos que mejoren las condiciones de vida de los productores y fomenten prácticas agrícolas sostenibles. Se han lanzado iniciativas en Ghana y Costa de Marfil para capacitar a los agricultores y ayudarlos a acceder a certificaciones sostenibles.
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